What Would You Choose? / ¿Qué elegirías?
I’ve been thinking about my parents lately. That’s because our new play Pascal & Julien by the wonderful Australian playwright Daniel Keene is about parents and children and their complicated relationships. It’s about friendship as opposed to parenting. Pascal & Julien posits the question what if we could choose our parents, would you choose the ones you have? My knee-jerk answer to that question was NO, I’d choose new ones, designer parents to better fit my liking.
The new parents I’d pick would be perfect. They’d never be frustrated with me except in those times where you really need someone to give you a dose of reality. I’d never have to worry about them because they’d not get sick. I’d pick parents who were well educated, who were well read and well traveled. They’d also have to be funny, like my real parents were. I’d have also picked rich people, because everyone wants to be richer than they are. Everyone. My chosen parents would love my era of music. They’d agree with me on all political issues. I’d pick parents that all of my friends would envy, that they’d all be wishing were their parents.
The father in our play does not pay much attention to his son. He’s not affectionate. My father was like that. So I understand firsthand the yearning of a boy for his father’s attention. The fact that my dad left my mother when I was just four years old didn’t help my relationship with him either. I felt like he didn’t care about me because although he lived in the same city, he wouldn’t call on my birthday or at Christmas. He never called and asked to see me, not once. I would have to summon the courage to call him as a tiny child and ask him if I could see him on the weekend. Yes I would’ve definitely chosen to pick a new dad if I could have when I was a child.
But upon thinking about it further, even though my parents were not perfect, I realize that no parents are perfect. Anywhere. There is just a normal everyday frustration between children and their parents. Even as imperfect as my dad was, I always believed he loved me in the only way he could. And I always knew that I was loved by my mother profoundly. It was a relationship like no other I’ve ever had with anyone else. And yet she drove me crazy. As Debbie likes to say about her mother “If only I could bring my mother back to life for one weekend, oh how I would love to talk with her. But on Monday, she’d have to go back.” And what I wouldn’t give to laugh with my mom again too, until we were in tears.
What I now understand is that I wouldn’t have done any better had I picked parents that were well educated or wealthier. My life would not have been better if I had been born with a silver spoon in my mouth, because I couldn’t have been loved any more than I was, not by someone prettier than my mother or richer than my mother or smarter. And that’s the main thing.
Playwright Daniel Keene explores this question very smartly. If you have parents and most of us do, you will be intrigued by Pascal & Julien. Get your tickets now.
Últimamente he estado pensando en mis padres. Esto se debe a que nuestra nueva obra Pascal y Julien, del maravilloso dramaturgo australiano, Daniel Keene, trata acerca de padres e hijos y sus complicadas relaciones. Trata de una amistad en contraposición a la paternidad. La obra Pascal y Julien plantea la pregunta ¿y si pudiéramos elegir a nuestros propios padres, elegiríamos a los que tenemos? Mi respuesta inmediata a esa pregunta fue NO, yo elegiría padres nuevos con un diseño que se adaptara mejor a mis gustos.
Los nuevos padres que elegiría serían perfectos. Nunca se sentirían frustrados conmigo, excepto en esos momentos en los que necesitas que alguien te dé una dosis de realidad. Nunca tendría que preocuparme por ellos porque no se enfermarían. Elegiría padres que tuvieran una buena educación, que hubieran leído y viajado mucho. También tendrían que ser divertidos, como lo eran mis verdaderos padres. También habría elegido gente rica, porque todo el mundo quiere ser más rico de lo que es. A mis nuevos padres les encantaría la música de mi época. Estarían de acuerdo conmigo en todas las cuestiones políticas. Elegiría padres que todos mis amigos envidiaran, que todos desearan que fueran sus padres.
El padre en nuestra obra no le presta mucha atención a su hijo. No es cariñoso. Mi padre era así. Por eso, de inmediato entiendo el anhelo de un niño por la atención de su padre. El hecho de que mi papá dejara a mi mamá cuando yo tenía solo cuatro años tampoco ayudó a mi relación con él. Sentí que no le importaba porque aunque vivía en la misma ciudad, no me llamaba en mi cumpleaños ni en Navidad. Nunca llamó ni pidió verme; ni una sola vez. Tenía que armarme de valor para llamarlo cuando era un niño y preguntarle si podía verlo el fin de semana. Sí, definitivamente, si hubiera podido, habría elegido un nuevo padre cuando era niño.
Pero al pensarlo más a fondo, aunque mis padres no eran perfectos, me doy cuenta de que ningún padre lo es, en ningún lugar. Simplemente existe una frustración cotidiana normal entre los niños y sus padres. A pesar de lo imperfecto que era mi padre, siempre creí que me amaba de la única manera que él podía. Y siempre supe que mi madre me amaba profundamente. Fue una relación como ninguna otra que haya tenido con nadie más. Y, sin embargo, ella me volvía loco. Como le gusta decir a Debbie sobre su madre: “Si tan solo pudiera devolverle la vida a mi madre durante un fin de semana, ¡cómo me encantaría hablar con ella! Pero el lunes tendría que volver”. Y qué no daría yo también por volver a reírme con mi mamá, hasta ponernos a llorar.
Lo que ahora entiendo, es que no me habría ido mejor si hubiera elegido padres con buena educación o más ricos. Mi vida no habría sido mejor si hubiera nacido con una cuchara de plata en la boca, porque no podría haber sido amado más de lo que fui, ni por alguien más linda, o más rica que mi madre, o más inteligente. Eso es lo principal.
El dramaturgo Daniel Keene explora esta cuestión de manera muy inteligente. Si tienes padres, como la mayoría de nosotros, Pascal y Julien te intrigarán.
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